jueves, 15 de mayo de 2014

De recuerdos docentes

    En este día del maestro en que la emotividad se ha hecho presente por mis alumnos pasados, no he podido dejar de pensar en todo aquellos que fueron mis profesores escolares y maestros de vida. Definitivamente yo no sería la mujer y  profesionista que soy de no ser por el ejemplo de grandes hombres y mujeres que hicieron una gran labor en mi infancia, adolescencia y en mi formación profesional. 
     Hoy, que los nudos en la garganta se hicieron presentes, recordé con cariño a los profesores de la infancia que me marcaron: la maestra Sol  y el maestro José Luis del kinder,  la miss Nieves (así se llamaba), el maestro Alfonso, el maestro Juan y la miss Claudia de la primaria. A ellos se unieron los maestros de la secundaria como el profesor Mascorro que me hizo el honor de presentarme a Mario Benedetti cuando yo tenía doce años; y los del bachillerato como Cristina Caramon del CCH Vallejo o la maestra de Administración del Colegio Oparin (sí, no recuerdo su nombre pero a ella la recuerdo perfectamente) y por supuesto a los profesores de la UAM como Ana Rosa Domenella, Alejanro Higashi, Gustavo Illades, Lillian Von-der Walde Moheno y César Núñez. De todos ellos he aprendido muchísimo, principalmente de su ejemplo; todos tienen en común grandes personalidades, pasión por lo que hacen y por lo que saben, calidad y calidez humana. Por ellos intento transmitir en el salón de clases no sólo conocimiento sino herramientas para vivir y cumplir sueños. Con ellos aprendí que a veces es necesario ser firme y disciplinado, pero también aprendí que hay otras ocasiones en que debemos escuchar a los estudiantes, conocerlos, impulsarlos y hasta jalarlos para que encuentren y luchen por sus propios sueños. 
    Soy una soñadora de esta profesión, me encanta creer que pongo mi granito de arena y que no soy otro adulto que ignora a los jóvenes, porque a mí no me ignoraron y quiero devolver el favor. Afortunadamente no sueño sola, he encontrado cómplices maravillosos como mi suegrita Paty Carbajal, mi cuñis Laura Colín, mis adorados Guillermo Flores Serrano y Lili Um (con quienes formaba el trío de carniceros en UVM); Ruth MartínezDelia Alejandra García JiménezGuille IglesiasFabiola San Juan Díaz y Hermelinda Alemán, quienes me enseñaron y cobijaron al inicio de mi vida profesional; mis compañeros uameros como Glo RojasLunaRick Torres M,Yolotl BuzzyJuan BerdejaLiliana MolinaBerenice MartínezVictor Manuelcon quienes he conocido y compartido distintas experiencias de esta profesión; la comunidad Mounier que me enseñó que siempre se puede hacer más por los estudiantes Rosario ArellanoAna Fdez-VegaNora Diaz GonzalezGabriela ValderramaValeria AzcuneHumberto Jesus Serrano Tronco; y finalmente los compañeros del CCH José Luis Jaimes Rosado,Violeta Vázquez Castro, Rebeca, Carlos Rivas EncisoAna Luisa Estrada RomeroJulia ChávezÁngeles MagrNetzahualcóyotl SoriaArcelia Lara,Gloria Mondragon y un laargo etcétera, que me muestran el orgullo universitario. 

A todos ellos mi reconocimiento por su empeño al formarme y al acompañarme en este camino, mi gratitud por las estrategias y enseñanzas compartidas y una gran porra acompañada por la solicitud de que nunca se rindan.  

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