Hoy decidí salir, sola y por mi, recorrer estas calles tan llenas de mí, de ti, de él, de nosotros... esos nosotros tan distintos, que a veces pesan tanto y que otras tantas aligeran el camino. Y aquí estoy en medio de un recorrido tan lleno de nostalgias y me digo a mí misma: sólo respira, siente el suelo por donde caminas, déjate llevar por las imágenes que cada rincón evoca, y mientras espero, observo la puerta y la imagino y me pregunto hacia dónde me llevaría si este lugar no estuviera tan plagado de realidad...
Y de pronto un beso tuyo interrumpe estas líneas, y me pierdo en él, me diluyo en él, y lo extiendo lo más que puedo hasta que la ansiedad por ver tus ojos se apodera de ese beso y me rindo ante ella, ahora tu mirada aparece plena, llena de desconcierto y me mira incrédula, a la espera de un reproche y yo sólo puedo sonreír ante la queja de tus peripecias, y sonrío porque otra vez me siento yo misma, en mi soledad y tal vez la conclusión de este día sea esa, necesito disfrutar más de mi soledad acompañada, darme ese espacio silencioso que me permita recorrerme en las calles de esta ciudad, respirar mi realidad y suspirar mi fantasía. Necesito recorrerla en soledad para recorrerme entre sus calles, y así ser yo, ese yo ansioso de encontrarse con mi soledad acompañada.
Habrá que recordar que: "Quien no sabe poblar su soledad, no sabe estar solo entre la agitada muchedumbre".
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